La portavoz del sector financiero nacional acude el miércoles a Santander para analizar en el ‘Foro Económico’ de El Diario los desafíos del negocio.
El sector bancario español viene de un año con beneficios récord favorecido por una coyuntura con bruscas subidas de tipos que permitió ensanchar los márgenes de la actividad. Con todo, aún tiene varios retos y desafíos a los que enfrentarse, como la amenaza permanente de la incursión de las grandes tecnológicas del planeta. Alejandra Kindelán, presidenta de la Asociación Española de Banca (AEB), analizará el horizonte el próximo miércoles en Santander, pues acudirá a las 9.30 horas al Hotel Bahía para participar en una nueva edición del ‘Foro Económico’ de El Diario.
¿Cuáles son esos retos y desafíos de la banca sobre los que pretende hablar?
El encuentro del miércoles será una buena oportunidad para hacer una radiografía del sector bancario, que en este momento está fuerte, con sólidos modelos de gestión, la morosidad controlada y el capital y la liquidez con ratios por encima de los requerimientos. Un sector que aporta seguridad y fortaleza ante una realidad geopolítica compleja, una perspectiva de crecimiento moderado y unas necesidades de financiación billonarias en el seno de la Unión Europea para hacer frente a las inversiones que ya se están apuntando como necesarias y urgentes como defensa, infraestructuras, energía, sanidad, innovación etc.
Será una buena oportunidad para explicar de donde viene y cual es el destino de la rentabilidad, una cuestión existencial para la banca. Cuando escuchamos hablar de miles de millones son cantidades que necesitan ponerse en contexto y, sobre todo, es necesario detallar qué porcentaje se destina a capital con el que seguir dando crédito, a dividendo para los accionistas, más de 5 millones minoristas que tienen en ese dividendo un complemento a su renta y también a pagar impuestos. El año pasado los bancos AEB solo en sociedades y gravamen temporal pagaron 12.500 millones de euros. Otro aspecto que me gustaría detallar es el compromiso social de la banca, que tiene en la concesión de crédito para el desarrollo de proyectos personales y empresariales su máximo exponente para favorecer el crecimiento económico y con él, el progreso social. Pero que además se enfrenta a retos de país como el envejecimiento de la población, los servicios en la España rural o los necesarios procesos de capacitación digital y educación financiera.
¿Hasta dónde puede estirarse el nuevo modelo basado en una mayor digitalización y menor presencia física?
El propio modelo de negocio de la banca española, minorista, cercana al cliente, que acompaña, que está para poder desarrollar proyectos personales y empresariales, supone que digitalización y presencia física son dos caras de la misma moneda. En cuanto a la presencia física, En España tenemos la segunda red de oficinas más densa de la eurozona y si sumamos todos los puntos de acceso físico al efectivo en el que incluyo además cajeros, ofibuses, agentes… Llegamos a más de 77.500 puntos. No hay muchos servicios públicos y privados con esa capacidad y esa capilaridad.
El sector está a las puertas de una mayor concentración con las negociaciones entre BBVA y Sabadell…
Como responsable de la AEB, no me corresponde a mí hacer una valoración de esta noticia. La AEB tiene total respeto a las estrategias de negocio de sus socios y no entra a valorarlas. Lo que sí me gustaría destacar con carácter general es el alto grado de competencia que hay en España. Tanto por el número de competidores como, también por las demandas de los clientes.
¿Este proceso de concentración llegará a nivel europeo?
Sin entrar en esta cuestión, lo que Europa necesita es que el sistema financiero tenga dimensión y ambición europea y para eso tenemos que trabajar para evitar la fragmentación. Hay una cuestión que es esencial: el tercer pilar de la unión bancaria. Después del Mecanismo único de supervisión y del Mecanismo Único de resolución, nos falta un mecanismo único de garantía de depósitos.
¿Cuándo empezarán a bajar los tipos de interés? ¿Cómo afectará a las cuentas de la banca?
No tengo más detalles que los que se hacen públicos desde el Banco Central Europeo que apuntan a verano. Si tenemos en cuenta que la política monetaria con rápida subida de los tipos de interés tenía como objetivo enfriar la economía para bajar la inflación, lo que ha supuesto que se frene el crédito, principalmente el considerado crédito inversor. Una bajada de esos tipos lo que supondría es una reactivación, más crédito y por tanto mayor volumen de negocio. El sector bancario afronta esta situación de bajada de tipos y de incertidumbre con tranquilidad, derivada de su fortaleza y una situación muy positiva en términos de rentabilidad, morosidad, liquidez, eficiencia, solvencia y resiliencia.
Con unos beneficios extraordinarios en 2023 y buenas perspectivas en 2024, ¿el sector ya asume el impuesto extraordinario del Gobierno?
¿Asumir? Para nada. Sobre el gravamen temporal conocen perfectamente nuestra oposición por sus efectos contraproducentes y porque las circunstancias que lo propiciaron han cambiado, lo tenemos recurrido. De lo que se está hablando ahora es de un “impuesto permanente”. Esto, con un escenario de constantes tensiones geopolíticas, con tipos de interés a la baja, con necesidades de financiación para hacer frente a las inversiones de Autonomía Estratégica Abierta de las que hemos hablado, no tiene sentido.
¿Sigue temiendo el sector a las incursiones en el ámbito financiero de las grandes tecnológicas?
Temor ninguno. En este sentido el sector bancario español, no pide protección, pide poder competir con las mismas reglas de juego, con el campo nivelado. Si nosotros tenemos que compartir nuestros datos financieros con operadores externos para crear competencia también queremos que estos mismos operadores nos compartan sus datos, en su mayoría, no financieros para poder combinarlos y generar valor para nuestros clientes. Igual que lo pueden hacer ahora los competidores no bancarios.
¿Qué opina del futuro euro digital?
El euro digital como medio de pago electrónico que complementaría el efectivo en la nueva era digital, entendemos que tenemos que estar preparados pero que no es una demanda social.
En mercados como el español, el caso de uso principal del euro digital, los pagos digitales entre particulares, está cubierto satisfactoriamente con soluciones tan eficientes e innovadoras como Bizum. Por eso el diseño de un futuro euro digital tiene que ser fruto de un amplio consenso, de un debate sosegado y sin prisas.
Entrevista realizada por Jesús Lastra.
Fotografía de Migue Fernández