A mediados del pasado ejercicio, la economía española empezó a superar la profunda recaída en recesión que se habrá prolongado durante más de dos años. Nadie duda de este hecho. Ahora, los principales interrogantes se centran sobre la consistencia de dicha recuperación y las políticas más adecuadas para reforzar su intensidad y sostenibilidad.
A diferencia de 2010, la mejora en curso se sustenta en unas bases considerablemente más firmes y con posibilidades de prosperar. La corrección de los desequilibrios macroeconómicos es manifiesta. Se ha recuperado gran parte de la acusada pérdida de competitividad previamente acumulada y se ha logrado un superávit por cuenta corriente.
Miguel Martín, presidente de la Asociación Española de Banca