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Inversión y finanzas

Responsabilidad y respeto

«Muchos cambios regulatorios pueden soportar la economía…una posición fuerte en capital va mano a mano con más crédito y una robusta liquidez»; Jaime Caruana.

 «Muchos cambios regulatorios pueden soportar la economía…una posición fuerte en capital va mano a mano con más crédito y una robusta liquidez»; Jaime Caruana.

Naturalmente, el responsable del BIS se refiere a los «avances» que se han producido en términos de regulación y supervisión sobre el sector financiero internacional. El propio Carney tras el Brexit o la presidenta de la Fed en su reciente comparecencia ante el Congreso, también señalaban que sus sistemas financieros respectivos son sólidos, líquidos y resistentes. Las pruebas de resistencia y estrés que les aplican regularmente así lo demuestran. Al final, la percepción que queda es que el sector financiero no será el detonante de una nueva crisis financiera y económica; de hecho, es una pieza fundamental para evitarla. Venga de donde venga y sea cuando sea esta potencial futura crisis.

Pero, siguiendo con la reciente conferencia de Jaime Caruana en la reunión internacional de su entidad (26 de junio), finalizar el marco regulatorio de Basilea III, reparar el balance de las entidades financieras y restaurar la base para una sostenida rentabilidad del sector constituyen las prioridades que deben acometer las autoridades financieras internacionales. Es importante en este sentido no dejar pasar de largo que hablamos de prioridades globales, bajo retos que también lo son. El sector financiero, con entidades financieras sólidas y líquidas, es imprescindible para financiar la economía. La estabilidad financiera, enmascarada bajo unos mercados financieros distorsionados y con primas de riesgo artificialmente bajas, no cumple con la condición de dar financiación a los agentes económicos al mismo tiempo que proporciona medios de pago imprescindibles para la actividad económica. No lo hace de forma estable y abierta a todos (pymes, hipotecas y crédito de consumo) en el primer caso; las fintech y otros potenciales competidores de la banca, con respecto a los medios de pago, son en mi opinión más bien un aliciente y un reto para la innovación de las entidades financieras. Y estas han mostrado sobradamente en el pasado cómo se pueden enfrentar de forma exitosa a los cambios que requieren sus clientes.

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