Los bancos han proporcionado 340.000 millones de euros de nueva financiación a familias y empresas hasta octubre, según los últimos datos del Banco de España. Esta cifra dobla el importe total de los fondos europeos que recibirá España entre transferencias no reembolsables y préstamos. Un 80% de esta nueva financiación se ha destinado a las empresas, lo que refleja el papel fundamental del sector bancario en el crecimiento y la prosperidad.
Esta nueva financiación se ha moderado con respecto a la proporcionada durante el año pasado, debido, por un lado, al fuerte aumento que se observó de la demanda una vez superado el covid cuando las familias y empresas reanudaron sus proyectos de consumo e inversión. Por otro, se explica también por la menor demanda de fondos registrada ante la incertidumbre actual motivada por la subida de los tipos de interés decidida por el Banco Central Europeo (BCE) para combatir la inflación y por los riesgos geopolíticos que se han acentuado.
Un reciente informe de Cepyme constata estos dos factores: “la demanda de financiación cae debido al encarecimiento de los tipos y la incertidumbre económica”. En el mismo sentido, una encuesta a pymes europeas desarrollada por el BCE señala que lo que más pesa en sus perspectivas a futuro es la combinación de mayores costes y menor negocio. El acceso a la financiación, especialmente la procedente de los bancos, no es un problema.
Si volvemos a poner el foco en España, la mitad de la financiación externa de las empresas proviene de las entidades de crédito, y la otra mitad de la deuda emitida y el capital. En todos los casos, registran un moderado descenso con un tipo de interés por debajo en nuestro país de la media en la zona euro.
Por lo que respecta a los nuevos préstamos obtenidos por las familias, hasta octubre superan los 72.000 millones de euros. De nuevo, el ligero descenso se explica por el fuerte aumento de la financiación hipotecaria registrado hace un año ante la elevada demanda para la compra de vivienda embalsada durante el Covid. En este caso, cabe resaltar el descenso del 2,5% del saldo vivo por la amortización anticipada de préstamos, debida en su mayor parte por la subida de tipos de interés oficiales para combatir la inflación. El saldo hipotecario supone casi la mitad del PIB y es el mejor indicador de la importancia que tiene la vivienda en propiedad para las familias españolas.
La financiación es fundamental para impulsar el crecimiento económico. Pero debe ser una financiación responsable y transparente como la proporcionada por los bancos. De hecho, el BCE vuelve a alertar sobre la vulnerabilidad que puede traer a la Eurozona la financiación no bancaria. En su último informe de estabilidad financiera, explica cómo en situaciones de estrés financiero e incertidumbre la tentación de encontrar financiación fuera del circuito tradicional -regulado y supervisado- de los bancos aumenta. Una presión que puede amenazar la estabilidad financiera en un contexto de menor liquidez llevada a cabo por los propios bancos centrales.
La diversificación en las fuentes de financiación siempre es deseable, pero en momentos de inestabilidad e iliquidez en los mercados financieros es la financiación bancaria la que asume, en coordinación con las autoridades, la responsabilidad de mantener la financiación del gasto e inversión en la economía. Como repiten las autoridades europeas es fundamental tener un sector bancario sano y resistente, para que pueda cumplir siempre con su labor de dar crédito al sector privado, especialmente en situaciones difíciles.
José Luis Martínez Campuzano , portavoz de la Asociación Española de Banca