Mejorar la eficiencia es una herramienta para apuntalar la rentabilidad, que es imprescindible para dar el mejor servicio a un cliente cada vez más exigente.
Las autoridades europeas piden a los bancos que no flaqueen en los esfuerzos para ser más rentables. Consideran imprescindible un empujón adicional para mejorar su eficiencia, ya sea a través de un mayor ajuste de los gastos, de la continuidad en la reducción de la morosidad y de los activos improductivos, a través de una mayor consolidación del sector o generando servicios de mayor valor añadido con un precio adecuado. Mejorar la eficiencia es una herramienta para apuntalar la rentabilidad, que es imprescindible para dar el mejor servicio a un cliente cada vez más exigente.
El objetivo de seguir mejorando la rentabilidad no puede descansar en la normalización futura de la política monetaria que está en manos del Banco Central Europeo. Pero sí se puede beneficiar de la expectativa racional de que esto ocurra. La intermediación financiera desarrollada por los bancos al canalizar el ahorro hacia la inversión se sustenta en una transformación de plazos. Por esta razón, un aumento de la pendiente de la curva de tipos (tipos de interés más altos a medio y largo plazo) favorece el aumento del margen financiero. Esto complementaría un crecimiento que ya se registra gracias al elevado dinamismo en la nueva financiación. La curva de tipos refleja tanto el riesgo de plazo como las perspectivas económicas. El fin de las compras de deuda en el mercado por parte del BCE eliminará distorsiones en la gestión del riesgo y en las propias expectativas que manejan los inversores financieros para el futuro.
La sostenibilidad a medio plazo del sector se verá reforzada cuando su rentabilidad supere de forma estable al coste de capital. Poco a poco se está consiguiendo. Aunque no es fácil, ya que venimos de una de las mayores crisis financieras de nuestra historia reciente y los bancos operan en un escenario difícil marcado por tipos de interés reales negativos y por una regulación estricta y compleja.
La transformación digital puede también ayudar a una mejora estable de la rentabilidad. Para los bancos es un desafío, pero también una demanda de la sociedad. Y sin lugar a duda los bancos españoles son líderes en innovación financiera a escala europea.