En los últimos días las principales entidades financieras españolas han hecho públicos los resultados del ejercicio 2023 y también las cantidades que se han destinado a impuestos. Sólo las correspondientes al gasto por impuesto de sociedades ascienden a más de 12.000 millones de Euros. El incremento ha sido del 70 % en España, muy por encima del aumento del 18 % a nivel consolidado incluyendo los diversos países donde operan. Para dar una idea aproximada de la magnitud y relevancia de este importe, supera ampliamente el presupuesto del Estado dedicado a Fomento del empleo, o es cuatro veces más que el destinado a Acceso a la vivienda y a la Edificación.
Esta notable cantidad, sumada al resto de los impuestos y tributos soportados , sitúa a los bancos españoles a la cabeza en Europa como las entidades que más contribuyen a las arcas públicas. Además, tanto en España como en los países donde operan, es sin duda el sector que más aporta en términos relativos a mantener el Estado del Bienestar.
Además de esta contribución directa, hay que recordar que por medio de la financiación a familias y empresas e impulsando la actividad económica, favorecen el aumento de la recaudación. La financiación está detrás del crecimiento de la economía, que es la base sobre la que el Estado puede aumentar su recaudación.
En este sentido, cabe recordar que cualquier medida tributaria que limite la actividad propia de las entidades financieras y dificulte, o bien distorsione, la capacidad de generar capital y acceder a la financiación, no hace otra cosa que perjudicar su capacidad para financiar a la economía en las mejores condiciones posibles.
Estos resultados conseguidos en 2023 permiten a los bancos recuperar la rentabilidad perdida tras casi una década anómala de tipos de interés oficiales negativos. Durante este periodo la rentabilidad fue inferior al coste de capital, el rendimiento que exigen los inversores a los bancos y el requisito establecido en los mercados para poner el precio al capital y a la financiación requerida, por lo que es de destacar el avance de los bancos españoles respecto de esta ratio.
La retribución a los accionistas es clave para valorar cualquier compañía y uno de los factores que consideran los inversores para invertir en su capital. Para muchos pequeños ahorradores son un complemento imprescindible para su renta. Y de esta forma son de vital importancia para las compañías y por tanto para la economía.
Es importante recordar que los beneficios de los bancos, como los de cualquier otra empresa, deben compararse en relación con el capital que invierten para desarrollar su negocio, y cuando se analiza con rigor, se puede ver que todavía existe margen de mejora, porque en términos de rentabilidad sobre capital los inversores no la consideran elevada.
De hecho, la rentabilidad de los bancos españoles está todavía por debajo de la obtenida por buena parte de sus pares en Europa. Es importante que siga mejorando y, de esta forma, mejore su capacidad competitiva en un mundo financiero global. En cualquier compañía la rentabilidad y sostenibilidad vienen de la mano. En los bancos esto es imprescindible y fundamental para todos dado su protagonismo en la economía. Podemos resumir que lo que es bueno para la economía lo es para los bancos y viceversa.
Tampoco son resultados elevados al compararlos con el tamaño del balance. En España la rentabilidad sobre activos apenas supera el 0.78 %, reflejando la elevada competencia existente y la necesidad de seguir reforzando la eficiencia. A nivel europeo esta baja rentabilidad sobre activos es uno de los argumentos que repite la autoridad supervisora para explicar las bajas valoraciones del sector en bolsa, inferiores a la de su valor en libros.
Hablamos también en algunos casos de entidades internacionales. Recordemos que más de la mitad de los resultados de las entidades financieras se han obtenido fuera de España. La internacionalización de algunos de nuestros principales bancos es sin duda una buena noticia para todos, porque también mejoran la inclusión financiera en aquellos países donde están implantados y acompañan a las empresas españolas a sus operaciones en el exterior.
Un sector financiero sólido es fundamental para impulsar el crecimiento y la competitividad de la economía, pero también para acompañar a las empresas y a las familias a superar con éxito los retos a los que se enfrentan en el futuro.
Unos bancos sólidos y rentables como los españoles son capaces de reforzar su compromiso con la sociedad a través de iniciativas como las implementadas para mejorar la atención personalizada a las personas mayores, reforzar la inclusión financiera en la España rural o para promover, como se ha hecho recientemente, medidas enfocadas a aliviar a los deudores hipotecarios en dificultades por la subida de tipos oficiales llevada a cabo por el Banco Central Europeo.
La mejora de los resultados de los bancos y de su rentabilidad es, en definitiva, un beneficio compartido por todos.
José Luis Martínez, portavoz de la AEB