"Más que una imposición debe ser una decisión personal la de optar por un medio de pago u otro"
Sales de viaje. Compruebas que llevas las tarjetas de crédito y débito. También confirmas que tendrás cobertura para el móvil y wifi en el lugar de destino. Y, naturalmente, llevas una cantidad de efectivo apropiada.
¿No proceden ustedes de forma similar cuando van a viajar?. Nunca se sabe. Aunque, lo realmente importante es que tengamos todas las opciones de medios de pago anteriores disponibles. Luego, ya decidiremos como pagamos en función de las circunstancia. De hecho, es una elección que llevamos a cabo de forma natural en nuestra vida diaria. Y las entidades financieras así lo garantizan. Pero la elección final de la forma de pago siempre será del cliente. No puede ser de otra forma.
Recientemente han surgido numerosos debates y hasta simulaciones sobre la posibilidad de un mundo sin efectivo. De hecho, algunos países europeos de forma puntual ya lo presentan como un «logro» conseguido. Pero, ¿lo es realmente? Sigo pensando que, más que una imposición, debe ser una decisión personal la de optar por un medio de pago u otro. Y los bancos así también lo consideran, como facilitadores de medios de pago siempre al servicio de sus clientes. Por cierto, estudios recientes muestran que en el conjunto de Europa los pagos por efectivo suponen más del 80 por ciento del total. Y mantienen este peso significativo tanto en número de operaciones como en volumen.
¿Consideran tras todo lo anterior que rechazo el avance de la tecnología aplicado a las finanzas? No es así. La «era de la inmediatez» que nos domina en cada instante de nuestra vida a través del desarrollo tecnológico tiene también un claro reflejo en los pagos. Pero, por otro lado, los datos por el momento son claros sobre la importancia que sigue teniendo el efectivo como medio de pago.