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Portavoz

EL ECONOMISTA

Crédito responsable

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Desde el inicio de la crisis sanitaria los bancos españoles han demostrado su responsabilidad con sus clientes, con la puesta en marcha de distintas medidas tanto en solitario como en colaboración con las autoridades. Una de sus prioridades fue la protección del tejido productivo, para lo que pusieron fondos a disposición de las empresas solventes afectadas por la pandemia, lo que está permitiendo un rápido retorno a la normalidad a medida que  superamos el virus.

Por primera vez desde la crisis financiera mundial, el volumen de préstamos bancarios al sector privado aumentó en 2020, especialmente para las empresas. Los datos de 2021 siguen mostrando un aumento del crédito total, tanto de préstamos como de financiación a través de la emisión de deuda, aunque de forma ya más moderada.

La última encuesta de acceso a financiación de pymes del Banco Central Europeo (BCE) referida al primer trimestre del año refleja cuál es la principal preocupación actual de las empresas. En estos momentos, a las compañías les inquieta la incertidumbre sobre la evolución de la pandemia y cómo dificulta sus previsiones. A las europeas, en general, y españolas, en particular, les preocupa la evolución de la cifra de negocio y conseguir un perfil de empleados adecuado a sus necesidades. Obtener financiación, sin embargo, no les parece ningún problema.

Otra encuesta del BCE, en este caso realizada a los bancos, muestra que los criterios de concesión de préstamos a las empresas se han mantenido estables en España frente a su endurecimiento en Europa durante el tercer trimestre, al igual que ha sucedido con las condiciones de financiación empresarial. Los bancos europeos esperan un aumento de la demanda de financiación en los próximos meses, en línea con la mejora económica, y los españoles están preparados y dispuestos para seguir ayudando a familias y empresas como han demostrado durante la pandemia.

Las medidas excepcionales de expansión monetaria puestas en marcha por el BCE desde el inicio de la crisis han sido fundamentales para reforzar la estabilidad de los mercados y mejorar el acceso a la financiación mayorista, y han logrado ser efectivas gracias a los bancos, que han sido la principal vía de financiación de las empresas europeas, con independencia de su tamaño. Ha quedado patente que el sector bancario ha sido capaz de trasladar con eficacia la mejora de las condiciones de financiación a familias y empresas.

Los mercados financieros también se han beneficiado de la fuerte expansión monetaria y del resto de las medidas decididas por los bancos centrales, lo que suscita muchas dudas sobre cuál será su reacción una vez que estas medidas se vayan retirando. Otra incógnita inquietante es la actividad crediticia fuera del canal bancario. Aunque la diversificación en la financiación de empresas y familias es algo positivo, su aumento incontrolado y bajo una deficiente supervisión puede acabar dañando la estabilidad financiera, especialmente en aquellas jurisdicciones en las que la actividad de concesión de préstamos no está reservada y puede ser realizada por personas físicas o jurídicas distintas de las entidades de crédito.

Los informes oficiales de estabilidad financiera llevan muchos meses advirtiendo de la vulnerabilidad de los mercados mayoristas como riesgo potencial que hay que vigilar. Incluso las autoridades internacionales han pedido en más de una ocasión que la estricta supervisión y regulación que existe sobre los bancos se extienda de alguna forma a los mercados y a otros operadores cuya importancia en la financiación empresarial ha crecido con fuerza desde la crisis financiera.

En estos momentos, aún delicados, los bancos redoblan esfuerzos para mantener la financiación que precisa la economía, de acuerdo con criterios objetivos y responsables, para que la incipiente recuperación económica se levante sobre cimientos sólidos. Porque nuestras entidades son conscientes de hasta qué punto pueden ayudar a reactivar la economía, haciendo lo de siempre, pero también canalizando y complementando los fondos europeos para que lleguen a todas las empresas capaces de contribuir a modernizar la economía y hacerla más verde y digital.

José Luis Martínez Campuzano, portavoz de la Asociación Española de Banca

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