Compromiso colectivo

El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) señala que la mitad de la población ha sufrido una estafa o intento de estafa por internet en los últimos 12 meses.

Poner freno a la ciberdelincuencia ha pasado de ser una necesidad a una obligación, para instituciones y gobiernos, para empresas y también para los ciudadanos. Porque si esta amenaza nos afecta a todos, la respuesta debe ser debe ser también compartida por todos.

Aquí se encuadra la próxima aprobación de una Ley de Ciberseguridad que anticipó hace unos días el ministro para la Transformación Digital, para reforzar la prevención y respuesta rápida ante las estafas y ataques. Además, el ministro Óscar López también anticipó la pronta aprobación de una orden ministerial para combatir una ciberestafa frecuente, la suplantación de identidad a través de llamadas y mensajes fraudulentos, como se ha hecho ya con éxito en otros países.

En este esfuerzo colectivo, los bancos españoles son punteros en materia de ciberseguridad, y son seguros. Dedican ingentes recursos financieros y humanos para proteger los datos y los fondos de sus clientes, blindando sus sistemas y aplicaciones. Pero llegan donde llegan, a todo su perímetro tanto físico como digital, y es por ello necesario también trasladar la seguridad a ámbitos más privados de las personas. Para ello, los bancos han extendido sus esfuerzos a la concienciación, información y formación sobre hábitos seguros en internet, y para prevenir ciberestafas.

Hace unos meses el sector financiero lanzó la campaña, “Protégete, evitar el fraude está en tus manos”, con las autoridades y fuerzas de seguridad. Un buen ejemplo de colaboración público-privada y una evidencia de que la ciberseguridad es un compromiso colectivo, del que todos somos parte responsable y en el que todos podemos aportar.

José Luis Martínez Campuzano, portavoz de la Asociación Española de Banca

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