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Notas de prensa

Primer trimestre de 2007

Buen trimestre del sector bancario

Los bancos españoles han realizado un buen primer trimestre de 2007, como lo prueba el significativo crecimiento de sus resultados, la positiva evolución de su actividad y, consecuencia de todo ello, el avance de la rentabilidad obtenida.

En concreto, los grupos consolidados obtuvieron un beneficio atribuido de 4.683 millones de euros, lo que equivale a un crecimiento del 36,4% respecto al mismo trimestre del ejercicio anterior. El resultado antes de impuestos avanzó 29,1%, hasta situarse en 6.553 millones de euros, mientras que esta cifra suma 3.720 millones y un alza del 80% en el caso de la cuenta agregada de los bancos individuales.

En cuanto a la rentabilidad, medida en términos de balance (ROA) se eleva al 1,03 %, con una mejora de 37 puntos básicos. En el consolidado, se sitúa en el 1,21%, con 18 puntos básicos más que en marzo de 2006. El ROE (rentabilidad sobre fondos propios) también experimenta un buen crecimiento interanual.

Aunque los resultados del primer trimestre están muy afectados por los beneficios obtenidos en la enajenación de títulos de la cartera disponible para la venta, lo cierto es que sin éstos y otros beneficios extraordinarios, los resultados del ejercicio habrían crecido un 38,8% en los estados individuales y un 13% en los consolidados respecto del primer trimestre de 2007.

La buena evolución de los bancos en el primer trimestre se refleja no sólo en el incremento de sus resultados sino en la calidad y recurrencia de éstos, lo que se puede apreciar en la mejora experimentada en todos los márgenes. Este avance de los márgenes obedece tanto a la calidad, recurrencia y mejora de los ingresos, como a la contención de los costes.

En cuanto a los ingresos, si se descuentan los obtenidos por dividendos, que son la parte más volátil de esta partida, el incremento del margen financiero es del 13,6%, un aumento que se obtiene por los mayores volúmenes intermediados y por una mejor gestión de los diferenciales contratados.

Como consecuencia de todo esto, el margen financiero, que venía experimentando una caída prolongada durante varios años, ha empezado a remontar ligeramente en este primer trimestre. Aún con todo, los bancos españoles siguen operando con diferenciales mucho más estrechos que los existentes en otros países de la Unión Europea, algo que ocurre desde hace tiempo y es producto de la intensa competencia que caracteriza al mercado bancario español.

Asimismo, el primer trimestre se ha caracterizado por un buen crecimiento de los ingresos netos por comisiones, debido a un mayor volumen de la actividad y a una diversificación de las fuentes de ingresos -fundamentalmente hacia la actividad con valores y riesgos contingentes-, y a un considerable ahorro en las comisiones pagadas. Este avance se produce a pesar de la contención que registran las comisiones por servicios de medios de pago, resultado de la reciente política comercial de algunos bancos que han rebajado a sus clientes el coste de estos servicios.

Los gastos de explotación siguen contenidos, con crecimientos inferiores al registrado por el total balance; el indicador de eficiencia sigue mejorando y se sitúa ya por debajo del 40%, tanto en el agregado individual como en el consolidado. Este alto nivel de eficiencia es especialmente significativo si se tiene en cuenta que los bancos españoles se han especializado en el negocio de banca comercial, orientado a servir al cliente con proximidad, lo que requiere de redes de oficinas extensas.

Aunque el número de empleados y sucursales continua creciendo, el nivel de eficiencia ha seguido mejorando gracias a que el sector viene registrando avances continuados en su productividad, tanto si se mide en recursos generados por empleado y oficina, como en créditos y depósitos.

Durante el primer trimestre de 2007, los bancos prosiguieron el proceso, iniciado en ejercicios anteriores, de diversificación de la inversión crediticia, en un claro intento de anticiparse a la desaceleración del mercado hipotecario, si bien se espera un ajuste ordenado y gradual del sector de la construcción.

En este proceso de reorientación del crédito, destaca la actividad crediticia con empresas y la financiación del consumo. Pero los bancos también ha continuado diversificando sus fuentes de financiación, con lo que están logrando reducir su dependencia de la financiación interbancaria; tener una menor exposición de la cartera de renta fija; e intensificar su financiación a través de la emisión de valores y de titulizaciones, para acomodar el balance a un escenario de subida de tipos de interés.

En cuanto a la diversificación geográfica, línea estratégica por excelencia de algunos bancos españoles, se puede decir que las filiales representan un 30% de los activos totales medios del balance consolidado agregado y contribuyen con un 40% al resultado consolidado.

A pesar del fuerte crecimiento de actividad, la banca española mantiene la fortaleza de su balance tanto por el alto nivel de recursos propios de que dispone como por la reducida morosidad de sus inversiones y el elevado grado de cobertura de las mismas.

Los recursos propios siguen siendo altos, con una ratio de solvencia BIS del 12,31%, lo que representa un excedente del 53,91% sobre los recursos mínimos necesarios.

Asimismo, el crecimiento del crédito no ha comportado un incremento de la ratio de morosidad, que es ligeramente inferior a la de hace un año, ni una reducción de la cobertura que se mantiene en los mismos niveles.

Aunque estos ratios podrían sufrir un cierto deterioro en el futuro, el hecho es que, hoy por hoy, la tasa de morosidad se sitúa en mínimos y la cobertura es muy alta, por lo que la situación actual permite encarar el futuro con una gran confianza.

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