La educación es un camino que recorrer en todas las etapas de la vida. Debemos aprovechar cualquier oportunidad que nos surja para mejorar nuestros conocimientos y de esta forma prepararnos para un futuro que siempre es incierto.
A todos nos gusta estar más tranquilos financieramente y hacer posibles nuestros planes. Esta semana, con la celebración del Día de la educación financiera, es el mejor momento para poner en valor y reforzar los conocimientos financieros en una sociedad digital y cambiante como la actual.
Bajo el lema ‘Educación para unas finanzas más seguras’, este año las autoridades impulsoras del Plan de Educación Financiera (Comisión Nacional del Mercado de Valores, Banco de España y Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital) destacan tanto las oportunidades como los riesgos de la digitalización en la gestión de las finanzas personales.
Concienciar es uno de los objetivos del Día de la Educación Financiera. Y ahora adquiere un significado especial cuando necesitamos tomar decisiones financieras formadas y meditadas, pero también de forma segura.
En el sector bancario estamos convencidos de que la educación financiera y la capacitación digital son dos herramientas poderosas para mejorar nuestra calidad de vida. La formación financiera es un complemento perfecto de la digitalización, porque favorece un proceso meditado de toma decisiones, una actitud muy diferente de la tendencia impulsiva a la que en ocasiones puede inducir Internet. Por otro lado, para el FMI la digitalización fomenta la inclusión social e impulsa el desarrollo económico.
Formar en competencias digitales y financieras es proteger a los usuarios, dotarles de herramientas para poder realizar las gestiones cotidianas permite hacer un uso seguro. Y nos protege frente a los delincuentes que nos amenazan en el mundo digital.
La digitalización como fruto de la innovación, cambia la forma de actuar y hasta de pensar y abre un abanico de oportunidades. Conlleva un proceso de transformación constante para todos: individuos, empresas y administraciones.
Es un proceso en el que tenemos que estar unidos como sociedad. Los bancos lo saben y por eso, proactivamente, ponen a disposición de todos los ciudadanos programas formativos en diferentes formatos. Necesitamos reforzar los conocimientos financieros de la sociedad. Y la digitalización nos puede ayudar a hacerlo.
En colaboración con instituciones públicas y entidades privadas, los programas se orientan tanto a la formación financiera como a la capacitación en competencias digitales. Entre sus destinatarios ocupan un lugar destacado los jóvenes, los habitantes del medio rural y las personas mayores.
En este sentido, merece una mención la plataforma Aula Financiera y Digital, impulsada por las asociaciones bancarias y reconocida este año con el premio ‘Finanzas para Todos’ a la mejor trayectoria educadora en finanzas, donde se recogen de forma accesible todas las iniciativas impulsadas desde el sector.
Este espacio común integra las actividades de educación financiera por temáticas tradicionales, como pueden ser la gestión de las finanzas o los medios de pago, a la vez que se incluyen dimensiones trasversales como las competencias de digitalización y de finanzas sostenibles. Y de ciberseguridad.
Se trata de un planteamiento alineado con el ‘Marco de competencias financieras para adultos’, que publicaron a comienzos del año la Comisión Europea y la OCDE y que sienta una base conceptual de utilidad para diseñar y evaluar programas de educación financiera.
En esta línea, el Plan de Educación Financiera para 2022-2025 también prevé realizar actuaciones para informar y educar a los nuevos usuarios de servicios financieros digitales con el fin de asegurarse de que disponen de la suficiente educación financiera y una capacitación digital mínima para poder realizar sus transacciones bancarias u operaciones financieras sin incurrir en riesgos de fraude.
Estamos convencidos de que el fomento de la educación financiera y de las competencias financieras digitales es la mejor palanca para reforzar la confianza y la seguridad de los clientes y también para garantizar que estos son capaces de seleccionar y utilizar las diversas herramientas digitales a su disposición, aprovechando al máximo potencial que estas ofrecen.
Esta es la única manera de garantizar que los ciudadanos se beneficien de un acceso más amplio y de una mayor gama de productos y servicios innovadores en todo el mercado de forma fácil, pero segura, tomando conciencia y protegiéndose de los riesgos que en este entorno se generan.
No nos cabe duda de que la educación financiera siempre será una buena compañera de viaje, tanto para proporcionar tranquilidad en la administración de los bienes, como para estar preparados en el caso de que puedan surgir imprevistos y que estos no causen un año irreparable.
En el sector bancario estamos convencidos de que el activo más valioso de nuestro tiempo es el conocimiento. Generarlo entre todos y compartirlo con todos, es la mejor forma de que crezca.
Carmen Fernández, técnico de Sostenibilidad de la AEB
José Luis Martínez Campuzano, portavoz de la AEB