El ejercicio 2013 que acaba de cerrarse ha sido difícil en el ámbito económico y financiero, pero, a medida que transcurrían los meses, se fue configurando como un año puente hacia la recuperación que, previsiblemente, aunque lentamente, vendrá en 2014.
Más atrás queda el durísimo ejercicio 2012, que fue decisivo para España, ya que se adoptaron reformas económicas muy importantes y se acometió el gran ajuste de nuestro sistema financiero mediante un profundo ejercicio de transparencia, saneamiento y recapitalización.
A finales de esemismo año, el Consejo Europeo acordó dotar a la eurozona de un mecanismo único de supervisión bancaria,
encomendando al Banco Central Europeo (BCE) la supervisión prudencial de las entidades de crédito, lo que constituye el primer paso de un plan de integración financiera europea conocido como Unión Bancaria.