A primeros de junio se alcanzó un nuevo hito de los marcados en el Plan de Acción para la migración a los adeudos directos y las transferencias SEPA en España
A pesar de tratarse de un acontecimiento histórico, ha pasado desapercibido entre el público; pues éste ha sido un mes sin duda histórico para el país por acontecimientos de mayor relevancia que el que nos ocupa. Me refiero al cumplimiento de la migración, en el ámbito interbancario, de las transacciones de pago nacionales, los adeudos domiciliados y transferencias de toda la vida, hacia los adeudos y transferencias bajo las reglas de la SEPA. El pasado 10 de junio se extinguió la posibilidad de intercambio entre las entidades bancarias de los adeudos sujetos a las normas locales, mientras que para las transferencias el cierre del sistema se había producido en el mes de marzo.
En el sector bancario estamos acostumbrados a estas noticias, que afortunadamente no suelen transcender el ámbito sectorial. Pasan desapercibidos por la precisión con que se llevan a cabo los cambios en los procesos operativos, coordinando y sincronizando el buen hacer de nuestras entidades y de las infraestructuras que dan soporte a los sistemas de pago.