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Notas de prensa

El secretario general de la AEB destaca que, en medio de la crisis, los bancos españoles han reforzado su posición competitiva y su fortaleza patrimonial

Los grupos bancarios españoles se anotaron a 30 de septiembre de 2009 un beneficio atribuido de 12.709 millones de euros, lo que representa un descenso del 10%, tras dotar 15.993 millones a provisiones.

Los recursos propios computables son superiores en 50.783 millones a los mínimos exigidos, después de retener beneficios y apelar con nuevas emisiones a los mercados de capitales.

Las entidades mejoran su eficiencia y ganan competitividad a través de la contención y racionalización de costes y la inversión en tecnología.

Los grupos bancarios españoles registraron hasta septiembre de 2009 un beneficio atribuido de 12.709 millones de euros, lo que representa una disminución del 10,7% respecto al obtenido en igual periodo de 2008. A este resultado se llega después de haber incrementado en un 66% las provisiones para insolvencias y los saneamientos.

El resultado agregado de las cuentas individuales se elevó a 9.470 millones de euros, un 6,3% inferior al obtenido en el mismo periodo de 2008.

En los nueve primeros meses del año, la actividad bancaria se ha desarrollado en un entorno económico y financiero muy complejo, en el que se ha registrado una fuerte caída del consumo de las familias y de la inversión de las empresas. Para los bancos, este deterioro de la economía se ha traducido en un descenso generalizado de la demanda crediticia y en un pronunciado incremento de la morosidad.

En este contexto, “los bancos españoles han optado por desplegar una gestión prudente que les ha llevado a reforzar su posición patrimonial mediante el incremento de sus recursos propios y la dotación de mayores provisiones para insolvencias”, según explicó el secretario general de la AEB, Pedro Pablo Villasante, durante la presentación de resultados de los bancos españoles a septiembre de 2009.

En efecto, la cuenta de resultados de los nueve primeros meses de 2009 se caracteriza por el importante esfuerzo realizado en saneamientos, 15.993 millones de euros, cifra superior en un 66% a la de un año antes.

En cuanto a los recursos propios, el secretario general de AEB destacó no sólo su incremento sino la mejora de su calidad, hasta el punto de que la ratio Tier 1 alcanza ya el 9,2% y el core capital, el 7,7%, superiores en 100 puntos básicos a los publicados en 2008. Sobresale la elevada ratio BIS, del 13%, y el exceso de recursos computables de 50.783 millones de euros, un 40% superior al existente hace un año.

Pedro Pablo Villasante hizo hincapié en que “los bancos españoles mantienen su capacidad para generar resultados positivos y no han tenido que hacer uso de sus recursos propios para absorber pérdidas o ser capitalizados con elevadas ayudas públicas como lo han sido sus principales competidores internacionales”. A su juicio, esta mejor situación se debe a que “la banca española cuenta con un modelo de negocio, centrado en crear una relación comercial duradera con los clientes, que ha demostrado ser especialmente resistente a la crisis”.

La gestión de los bancos españoles ha perseguido, asimismo, reforzar la competitividad a través del esfuerzo continuando en la contención de los gastos de explotación y la mejora de su estructura, así como mediante la extensión de las franquicias internacionales. En concreto, la ratio de eficiencia mejora y se sitúa en torno al 41% antes de dotaciones. “La eficiencia nos da competitividad y nos proporciona la agilidad necesaria para resistir ciclos de negocios adversos”; señaló al respecto Pedro Pablo Villasante.

La gestión de la falencia ha concentrado también la atención prioritaria de los bancos españoles en este periodo. A 30 de septiembre, la tasa de morosidad se situaba en el 3,6%, con unos fondos de cobertura constituidos superiores en un 22% a los registrados hace un año, lo que representa el 69% de los activos dudosos.

En las cuentas agregadas individuales de los bancos españoles, la tasa de morosidad se situó en el 4,2% y su cobertura, en el 66%. Villasante destacó el hecho de que en España la cartera crediticia cuenta con alto grado de garantía hipotecaria, muy superior al existente en la crisis de principios de los 90.

En todo caso, insistió en que “es fundamental no confundir morosidad con pérdida” y explicó que “la proximidad que tiene la banca española a sus clientes le proporciona un gran conocimiento de su situación, capacidad de anticipación en la gestión de los riesgos y le facilita solucionar situaciones de dificultad, lo que, junto a las garantías existentes, acaba traduciéndose en mayores niveles de recuperación y menores pérdidas”.

En el capítulo de la actividad, hay que señalar que la inversión crediticia consolidada continúa creciendo a un ritmo del 5,1% anual, mientras que en términos de cuentas individuales, la inversión crediticia en España registra una tasa negativa del 0,4%. En opinión del secretario general de AEB, las entidades bancarias continúan su esfuerzo por financiar a los hogares y empresas españoles al mantener un volumen de crédito similar al existente antes del inicio de la crisis financiera y a pesar de que nuestra economía se está contrayendo a un ritmo del 4,4% anual en términos nominales.

Destacó, por otra parte, que el crédito en España está registrando un comportamiento parecido al de los principales países de la Eurozona, “a pesar de que sus respectivos sistemas financieros han recibido ayudas de capital por una cifra conjunta cercana a los 600.000 millones de euros”.

El secretario general de la AEB indicó que la caída de la demanda crediticia es consecuencia del proceso de desendeudamiento –desapalancamiento- que precisa la economía española, tanto en hogares como en empresas, por lo que, a su juicio, “no es posible reducir nuestro endeudamiento pidiendo más crédito”.

Este proceso podría mantenerse durante algún tiempo, puesto que, según afirmó Pedro Pablo Villasante, “los organismos públicos tanto nacionales como internacionales indican que España podría participar con cierto retraso en la gradual recuperación de la actividad que se apunta en el entorno económico internacional”.

“Todavía hay dudas sobre qué pasará tanto con el incipiente crecimiento registrado por la economía mundial como en el sistema financiero internacional cuando las cuantiosas medidas de estímulo públicas desaparezcan”, dijo Villasante, para quien “es de vital importancia que las autoridades internacionales sepan coordinar adecuadamente la retirada de las políticas de emergencia y así evitar que cada país vaya por su lado en la salida de la crisis”.

En suma, los bancos españoles perseveran en su esfuerzo por elevar su solvencia, aumentar sus provisiones y mejorar la eficiencia, como recurso para salir de la crisis con un sistema financiero reforzado y más competitivo.

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