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Portavoz

Cinco Días.

El dinero en la era de la inmediatez

El efectivo pierde peso frente a las formas de pago alternativas y la irrupción de las ‘fintech’.

Un pequeño comercio en un precioso pueblo de Salamanca. En el pasado ya me habían advertido de que solo aceptaban efectivo. Sin embargo, en estas vacaciones, su dueño me sorprendió al anticiparme que también podría pagar con tarjeta. ¿Y eso? “Hay que modernizarse”. ¡Y yo que de forma imprudente me había dejado la tarjeta en casa!

Naturalmente, es solamente un ejemplo. Pero un buen ejemplo de los cambios que se están produciendo en la forma de pagar. En los hábitos y también la confianza de los clientes y comercios en el sistema de pagos, si queremos hablar de forma más técnica. El efectivo pierde peso frente a las formas de pago alternativa, considerados bajo la denominación genérica de pagos electrónicos. Bien sea con tarjeta, bien a través de móvil o internet. Las últimas estadísticas del Banco de España sentenciaban cómo a finales del año pasado los pagos con tarjeta superaban ya el saldo de las extracciones de efectivo en los cajeros. Pero, aunque con estadísticas limitadas por el momento, es pronto, en mi opinión, para afirmar que el pago en efectivo ha dejado de ser el más significativo. Aunque la tendencia es obvia.

En España se estima que existen 74 millones de tarjetas de pago, entre débito y crédito. Y es una cifra que aumenta anualmente a doble dígito. Pero, como he dicho antes, cada vez es más fácil realizar pagos incluso sin tarjeta. Bizum es un buen ejemplo en la banca española en el caso de los pagos por móvil entre particulares. En un futuro, también para el pago en comercios. De hecho, anticipando ya ese futuro, podemos pensar en medios de pagos más simples y más seguros. E inmediatos, como sustitutos del efectivo. Aquí

tienen la clave de todo este avance en el sistema de pagos, que algunos han de- nominado como la era de la inmediatez. Yo, por mi parte, también demando que sea un proceso dominado por la confianza y la seguridad, nada complicado, de forma que el cambio de costumbre en los pagos que ahora vemos en las nuevas generaciones sea generalizado.

Creo que es un error contemplar la opción digital como un sustituto de las oficinas frente al complemento que debería ser.

Las nuevas formas de facturación que aplican las entidades financieras a comercios y otros servicios también favorece el aumento de uso de instrumentos de pago electrónico. La mejora económica, en un contexto de fuerte crecimiento del consumo, hace el resto para explicar el fuerte crecimiento del uso de la tarjeta de crédito. Por otro lado, el creciente uso de internet por las familias posibilita, con las entidades financieras españolas facilitando las características de la banca digital, acceder a la mayoría de los servicios bancarios con un clic. Dicho esto, según los datos del Observatorio de Digitalización Financiera de Funcas y KPMG, solo el 13,7% de los clientes bancarios lo hace exclusivamente a través de internet. Aquí tienen un buen argumento del buen hacer de nuestras entidades: invertir en banca digital, anticipando el cambio de de- manda de los clientes, pero sin desatender la banca tradicional donde la relación personal sigue siendo fundamental. Con todo, creo sinceramente que es un error contemplar la opción digital como un sustituto de las oficinas frente al complemento que debería ser. El cliente manda, como no podría ser de otra forma.

 

Leer artículo completo publicado el 21 de abril de 2017 en Cinco Días.