Lo que no se conoce no se puede desear ni anhelar. Esta premisa tan básica es una de las cuestiones sobre las que tenemos que trabajar para reforzar el papel de la mujer en algunos sectores y puestos de responsabilidad, y acabar con determinados estereotipos.
Con frecuencia se recuerda el proyecto ‘Draw a scientist test’, en el que niños y adolescentes de Estados Unidos tenían que dibujar un científico (en inglés el término no tiene género). A finales de los años 60, apenas un 1% dibujó una científica. Este porcentaje ha ido mejorando entre los más pequeños, los que tienen 5 y 6 años, hasta llegar a casi el 30%, pero a medida que van creciendo el porcentaje disminuye. Parece claro que la falta de referentes femeninos dedicados a la ciencia en series, películas, informativos, videojuegos, libros… transmite la idea de que la ciencia es una ocupación mayoritariamente masculina.
Ningún investigador, que me conste, ha planteado lo mismo con el sector de la banca, pero me atrevo a aventurar que si se hace una propuesta parecida, el porcentaje de niños que dibujarían una mujer sería igual o menor. Incluso alguno todavía recuperaría esa imagen estereotipada del banquero con puro y chistera de alguna película y a la que aún recurren algunos a la hora de criticar al sector, pero eso es otra historia.
¿Por qué, si la mujer supone, al menos, la mitad de la plantilla de las entidades y su presencia es cada vez mayor y con más altas responsabilidades en todos los departamentos, desde negocio a tecnología, pasando por otros tradicionalmente con más trabajadoras como marketing, comunicación u oficinas? ¿Por qué si en España dos mujeres son presidentas de importantes entidades como Santander o Bankinter, en los consejos se llega a porcentajes cercanos al 40% y aumenta significativamente el número de directivas?
De nuevo, la razón está en la visibilidad. Si no se cuenta, si no se ve lo suficiente y se escucha poco a mujeres referentes, no se conocen las posibilidades laborales que tiene un sector como la banca en el que se puede desarrollar una amplia y variada carrera profesional.
Por eso, además de apelar a los medios de comunicación, a los creadores de ficción, a los cineastas…, quienes tenemos una responsabilidad debemos esforzarnos en ejercer un liderazgo público para dar a conocer nuestro trabajo. Esto es útil para que los más jóvenes nos conozcan y también para mejorar e impulsar la carrera y las aspiraciones de las mujeres. Uno de los momentos más intensos de mi vida profesional fue cuando, al cambiar de empleo, una mujer joven que apenas conocía se acercó para despedirse y me dijo: “Has sido una referencia para mí”.
Dar a conocer a mujeres líderes en el sector es uno de los objetivos de Women in Banking, la asociación que constituimos hace dos años y de la que soy presidenta de honor, una tarea que se completa con la concienciación, las buenas prácticas, mentorización, atracción y potenciación del talento, además de la elaboración de informes con análisis y datos sobre igualdad y diversidad, auténticos potenciadores de la productividad y el buen clima laboral.
Es una tarea del día a día y espero que si en algún momento alguien propone el test de dibujar a personal que trabaja en banca, encontremos dibujos de expertas en ciberseguridad, consejeras delegadas o jefas de negocio.
Alejandra Kindelán, presidenta de la Asociación Española de Banca