Se podría pensar que 2020 fue un choque de trenes a cámara lenta dividido en 365 secuencias, pero no fue exactamente así. Desde luego fue un año muy difícil, pero también un año de problemas resueltos, esperanzas sostenidas y desafíos aparentemente insuperables cumplidos. Así ha sido para el sector bancario y para la Asociación Española de Banca. La crisis del coronavirus, tan peculiar y distinta a otras vividas anteriormente, brindó a nuestros bancos la oportunidad de demostrar hasta qué punto estaban y están comprometidos con el devenir de la sociedad española y hasta qué extremo su contribución resulta vital para el buen funcionamiento de la economía. Nuestras entidades mostraron también que están bien preparadas y cumplen con eficacia la función que se les ha encomendado: financiar a familias y empresas y desarrollar sistemas de pagos ágiles y eficaces.
Para muchos de nosotros todo esto era de sobra conocido. Sabíamos que teníamos un buen sistema bancario y que la larga travesía recorrida desde la crisis financiera internacional nos había dejado entidades más sólidas y preparadas. Pero también es cierto que aquella crisis se saldó con una percepción colectiva de los bancos muy distorsionada y -por qué no decirlo- tremendamente negativa. Durante todos estos años hemos tenido que bregar con este costoso lastre en términos de aceptación social, y también económicos. Nuestras entidades se han esforzado y siguen haciéndolo por mejorar esa percepción, un proceso que está siendo largo y lento. Para este mal – lo hemos comprobado- no hay bálsamo de Fierabrás que valga, pues, como decíamos en nuestra Memoria del año pasado, el buen hacer de los bancos trabajando en interés de sus clientes es la mejor forma, si no la única, de ganar esta batalla.
Y ese trabajo callado, detrás del que se esconde el esfuerzo diario de miles de trabajadores y directivos de banca, es el que se ha podido ver con toda nitidez durante la crisis sanitaria que está azotando al planeta. La pandemia ha ofrecido a la sociedad española la oportunidad de crecerse en la adversidad y eso es precisamente lo que ha hecho el sector bancario hasta un punto que todavía aún nos asombra.
José María Roldan, presidente de la Asociación Española de Banca
Aquí puedes seguir leyendo la carta del presidente en el informe anual.