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EL CONFIDENCIAL

El sector bancario, vital para salir de la crisis

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Como nos recuerda Jared Diamond, el éxito para salir de una crisis reside en la capacidad de planificar a largo plazo y en la voluntad de revisar los valores nucleares de nuestras vidas. Por ello, aun cuando la crisis provocada por la Covid 19 sigue presente, en sus aspectos sanitarios, pero también económicos, tenemos la obligación como sociedad de pensar en el día después de un mañana que, por desgracia, seguirá dominado por la pandemia.

El primer pilar para construir este futuro es que esta crisis sanitaria no supone un cambio de tendencias, sino una aceleración de las fuerzas transformadoras que ya estaban en marcha. Pensemos en los dos grandes ejes de futuro: la revolución digital y la revolución de la sostenibilidad. Ambos estaban ya presentes en el debate social, pero el mundo de pasado mañana nos obliga a asumir, en el primer caso, su inexorabilidad y, en el segundo caso, su relevancia vital para sobrevivir.

Es por ello lógico que la Unión Europea ha basado su plan de recuperación económica precisamente en esos dos pilares, el digital y el ecológico, a través del apoyo a la inversión privada. Estamos hablando de 750.000 millones de euros, de los que 500.000 millones corresponden a subvenciones. Solo para los años 2021 y 2022, a España le corresponden 44.000 millones. La clave del éxito residirá en utilizar sabiamente esos fondos, con la mayor granularidad posible: lo más relevante es el efecto multiplicador que se logre con ese 2% del PIB anual en materia de inversiones, de empleo y de aumento de la competitividad a largo plazo. Y no necesariamente todo pasa por proyectos complejos: por ejemplo, la rehabilitación de viviendas para mejorar su eficiencia energética es sencilla, genera empleo en las pymes y además resulta una aportación clave en la lucha contra el cambio climático. Hay que buscar más balas de plata como estas.

¿Qué puede aportar el sector bancario? En primer lugar, su compromiso con la transformación digital y con la sostenibilidad. Durante el confinamiento hemos sido capaces como sector de acelerar el uso de canales digitales para la provisión de nuestros servicios sin un solo incidente, incorporando al canal telemático precisamente a los segmentos de clientes que, por perfil de edad, eran más renuentes a su uso. En cuanto al compromiso de la sostenibilidad, y como quedó claro en la COP25, hemos acelerado los esfuerzos y el sector bancario español es ya visto, en menos de un año,  como un sector puntero a la altura de otros sistemas bancarios pioneros, como el francés, el holandés o el de los países nórdicos.

En segundo lugar, pocos sectores poseen la granularidad y la eficiencia para desplegar políticas con mayor rapidez. Pensemos que, en unos pocos meses, y con la inestimable colaboración del Tesoro y el ICO, hemos sido capaces de llevar alivio financiero a 525.000 empresas (en su inmensa mayoría pymes). O que nuestras moratorias crediticias han permitido aliviar la carga de 1,3 millones de familias y autónomos. Insisto, somos garantía de eficiencia y un ejemplo de agilidad en toda Europa.

En tercer lugar, conocemos a nuestros clientes y podemos ayudarles a ellos y a la economía española. Pensemos que el compromiso de medir y reducir la huella de carbono de nuestros balances nos obligará a acompañar a nuestros clientes de activo, fundamentalmente familias y pymes, a transitar ese camino hacia un futuro más sostenible. Ya tenemos que acompañarlos y ayudarles en la revolución verde. Podemos jugar un papel en la distribución de los fondos europeos y debemos jugarlo por el bien de la sociedad.

En cuarto lugar, aportamos objetividad y criterios bien definidos en cualquier proceso, como se ha visto en el programa del ICO, financiando a quien lo necesita y está en disposición de aportar más en el futuro. En quinto, podemos hacer de puente entre esos fondos europeos, que pueden tardar en llegar, y la puesta en marcha de proyectos. Ya lo hacemos en muchas otras áreas de financiación de proyectos europeos y públicos, adelantando la financiación y evitando bien cuellos de botella, bien retrasos innecesarios en la puesta en marcha de proyectos de inversión.

En definitiva, tenemos que poner en los próximos meses las bases de un futuro mejor. Creo que el consenso social en torno a esos valores de sostenibilidad o al nuevo mundo digital es palmario. Como sector, estamos a la vanguardia de esas transformaciones. No buscamos ni protagonismo ni reconocimientos. Simplemente, nuestro deseo de ayudar, pues sabemos que podemos hacerlo, si nos dejan.

José María Roldán Alegre, presidente de la Asociación Española de Banca

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